Fase inicial en la que intentamos conocer la psicología del cliente, su concepto de espacio, escuchar sus necesidades, fortalezas y debilidades, requisitos y exigencias, mejoras y defectos de su espacio actual. Por lo que esta fase es básica y condicionará todo el proyecto. Se produce una gran transferencia de información no sólo conceptual también gráfica para conocer su estilo. Vivir durante un periodo efímero su espacio de trabajo, palpar su producto principal
Una vez digerida toda la información obtenida en la fase anterior comenzamos a crear propuestas de distribución y diseño. Siempre de la mano del cliente se plantean diferentes propuestas hasta alcanzar un proyecto consensuado por ambas partes. Esta fase es la más extensa puesto que se plantea a nivel de proyecto la definición del nuevo concepto de espacio.
Es requisito indispensable realizar un control y seguimiento de la obra para facilitar una correcta ejecución y trasladar la información de la documentación técnica. Otra labor importante en la dirección de obra es intentar solventar eficientemente los problemas que suceden a menudo con la premisa fundamental de no alterar nuestra propuesta de diseño y elevar costes.
Ofrecemos la posibilidad de la gestión de todas y cada una de las fases para que nuestro cliente no tenga mayor preocupación. Por regla general no es habitual enfrentarse a una obra por lo que evitamos todas las sorpresas y extracción de tiempo que este nuevo proceso supone para ellos. Nos ocupamos de todo, nuestro cliente tan sólo tiene que acompañarnos en las fases iniciales, esto produce un ahorro de tiempo, problemas y económico.